Thursday, June 25, 2009

Queremos tanto a Marta


Queremos tanto a Marta que luego de estar enterrados cada uno en su urna resucitamos para vernos, abrazarnos, escucharnos, reírnos, comer la deliciosa comida preparada por Carmen, paladear la torta de Marjorie, beber cerveza dominicana, ron dominicano y vino de todos los continentes. El milagro de esa resurrección fue el cumpleaños de Marta.

El lugar era el propicio para los que amamos los libros, la música, la pintura: la casa de René Rodríguez Soriano. Su nicho acogedor no parece incrustado en la sofisticada Miami sino sacado de las montañas de Constanza.

Moti Deren nos transportó a siglos pasados con cantos sefarditas interpretados en lengua ladina. El huésped René Rodríguez Soriano nos deleitó con la lectura de poemas de su última cosecha. Uno de ellos me hizo ver a mi padre pintando y despintando atardeceres en mi terruño colombiano.

Entre el numeroso grupo de escritores y artistas dos adolescentes impactaron con su voz bravía: Diego (hijo de Nelson y Freda) y Potencial. Sus poemas tienen la fuerza huracanada de una juventud que no claudica a la desesperanza en un mundo ausente de utopías.

Nelson Mosquera nos recordó que las torres gemelas de Nueva York cayeron al piso porque esa metrópolis es un ave fénix. En el fondo del poema subyace la denuncia del trabajo sucio que realizan los gobernantes para anteponer los postulados maquiavélicos con el fin de justificar la guerra.

A pesar de acercarnos al filo de la medianoche Luis A. Miranda insistió que eran las cinco de la tarde. Al final todos le dimos la razón y en letanía repetimos que efectivamente eran las cinco de la tarde.

Afortunadamente para evitar pesadillas nocturnas Claudia Rosenow no dejó que la tertulia se perdiera en los laberintos áridos de la tortura, las fosas comunes, las chuzadas, la corrupción rampante, etc. que ha puesto en la palestra internacional, pero ignorada a nivel nacional, al gobierno de Uribe. Lo anterior que es breve fue aplastado por lo que perdura: la poesía, el canto, la camaradería. Cada uno puso su grano de arena con su voz y con su canto para construir un aquí y un ahora placentero que añoro en mis noches solitarias cuando me encuentro en Missouri (Estados Unidos) lejos de Miami, esta patria hispana que vibra con lo nuestro.

Aquí les presento un pedazo de esa epifanía a ver si se les pone la piel de gallina como se me puso a mí. Estos chicos representan el futuro de una juventud que busca en las ruinas postmodernas cómo construir su compasiva humanidad a partir de rompecabezas incompletos desperdigados por el suelo.




2 comments:

Martha Daza said...

Agradezco a la vida, tener también mi legión de ángeles clandestinos, agradezco más que su presencia su invaluable amistad, insisto en lo que siempre he dicho contrariando la tesis socrática de ser más amiga de mis amigos que de la verdad porque aquella ni siquiera existe y ustedes sí, ustedes ríen y cantan, escriben pintan, leen, cocinan y celebran conmigo, lo más importante, resucitan desde el olvido y la distancia para cantarme las mañanitas o interpretármelas con mágico violín a través del teléfono o directamente con la guitarra, gracias mis cómplices compañeros en todas las rumbas y en todas las circunstancias, he aprendido mucho de cada uno de ustedes. Gracias a todos, por hacerse presentes, real y virtualmente a través del que ya no es un hilo de teléfono, desde muchos lugares del planeta, gracias por los besos satelitales y por los reales, por los abrazos enormes, gracias por recordarme que no debo sumar tiempo a mi calendario sino disminuirlo para sentirme más joven en cada celebración y poder disfrutar muchos años más, del privilegio de su amistad.
Gracias amigos.
Midaz

Martha Daza said...

Gracias a los adolescentes bravios
Midaz